martes, 18 de junio de 2013


¿Como se declina?
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Itálica (Santiponce- Sevilla) 2 :

La historiografía moderna, desde Ocampo y Morales en el siglo XVI, siempre fue consciente de la importancia de la ciudad, así como del nacimiento en ella de tres emperadores: Trajano, Adriano y Teodosio, cantados por Rodrigo Caro en su famosa Canción (a los que aún habría que sumar al hijo mayor de éste, Arcadio4 ). Las ruinas fueron objeto de visita, admiración y desolación, de numerosos viajeros extranjeros, que dejaron por escrito, y a veces dibujadas, sus impresiones. Todo su prestigio, historia y fama no bastaron, sin embargo, para salvarla de ser objeto de continuado expolio, y una permanente cantera de materiales desde la época árabe, incluso en la época ilustrada. En 1740 el Ayuntamiento de Sevilla ordenó derruir los muros del anfiteatro para construir un dique en el Guadalquivir, y en 1796 aún se volaron zonas de la primitiva vetus urbs para construir el nuevo Camino Real de Extremadura. La primera norma legal de protección del yacimiento se produjo el 9 de febrero de 1810, bajo la ocupación napoléonica, ordenando devolverle su viejo nombre de Itálica, y destinando un presupuesto anual para excavaciones regulares, que, sin embargo, no se llegaron a materializar hasta 1839-1840, y debidas al empeño de un simple y desconocido funcionario.5 En 1873 los expolios seguían siendo vandálicos.6 Por Real Orden de 13 de diciembre de 1912 Itálica fue declarada Monumento Nacional, pero, tras otras normas menores, no ha sido hasta el Decreto 7/2001, de 9 de enero, de la Junta de Andalucía, cuando se han delimitado claramente la zona arqueológica de Itálica y los ámbitos de su protección efectiva.7 Sus ruinas son hoy un principal atractivo turístico a 7 km al norte de Sevilla.

Itálica (Santiponce-Sevilla) 1 :

Itálica es una antigua ciudad romana situada en el actual término municipal de Santiponce (Sevilla), en Andalucía.
La ciudad romana fue fundada en el año 206-205 a.C., en un hábitat indígena de la Turdetania que se remonta al menos al siglo IV a.C. Dentro de su término hay yacimientos e indicios de su ocupación muy anterior, entre ellos argáricos y griegos.1 Durante la etapa republicana fue una ciudad importante, y mucho más en la época imperial, aun cuando nunca fue capital de provincia ni de convento jurídico. A pesar de la creencia general de que fue abandonada hacia el siglo IV, lo cierto es que sólo se abandonó la ampliación adrianea, replegándose la ciudad hacia algo más de su extensión primitiva, bajo el actual casco de Santiponce, donde continuó una vida de cierto prestigio en el Bajo Imperio y la época visigoda. Son numerosos los restos de esta época, y consta que sus murallas fueron restauradas por Leovigildo en el año 583 (J.Bicl., Chron. ad. an. 5832 ), en el marco de sus luchas contra Hermenegildo. Otra buena muestra de esta pervivencia y prestigio, al menos hasta el final del siglo VII, es la presencia de obispos italicenses en varios concilios cristianos, siendo el último en el que se documenta uno de ellos, un tal Cuniuldo, el XVI de Toledo, en el año 6933 Itálica llegó aún viva a la época musulmana, cuando varios autores árabes la mencionan con el nombre de "Talikah/Taliqa" y existen algunos personajes conocidos con la nisba "al-Talikí" (también, aunque menos, han aparecido restos arqueológicos). De tal modo que no es hasta el siglo XII cuando debió de ser realmente abandonada, pasando a ser un despoblado, llamado por los cristianos "Campos de Tal(i)ca" y también "Sevilla la Vieja".

miércoles, 12 de junio de 2013

Zorita de los canes:

En Zorita de los Canes, hallamos la ciudad de Recópolis. Yacimiento de la única ciudad Visigoda de nueva planta, conocida,  con una extensión de 30 hectáreas.
No podemos asegurarlo con toda seguridad pero Zorita de los Canes se ha identificado con el castro celtíbero de Contrebia Leucada. Posee restos de un castro celtibero, donde se han hallado restos quemados que se identifican con los castros incendiados por Tulio Sempronio Graco en el 179 a.e.c. en su conquista de la Hispania. Y supuestamente fue sitiado y arrasado por el ejercito romano. También se ha hallado una villa tardorromana y restos de vasijas árabes. Han aparecido pocos restos materiales, por lo que los arqueólogos suponen que el asentamiento fue abandonando poco a poco y los habitantes se llevaron consigo sus pertenencias.

Muchas son las teoría sobre Recópolis; Suponemos que la actual Recópolis fue fundada por el rey Orospedano Ambilote ayudado por los bizantinos y su idea de restaurar el imperio romano, entre los años 350 a 450. El abad Eutropio se refugió en ella durante los años de persecución religiosa y militar 573 a 577, huyendo de Arcavica. En el 577 Leovigildo sometió a la ciudad y entre el 578 y 582 la rehabilita y la mejora fortificándola, ajardinándola y cuñando monedas. Y ya en el 609 Recaredo, la menciona como ciudad fundacional visigoda, celebra el III concilio de Toledo y acuña moneda.

Pero no descartamos que Recópolis fue construida por el rey Godo Leovigildo en el año 578, en honor de su hijo Recadero, heredero al trono del reino de Toledo. El nombre de Recópolis se ha traducido como : "la ciudad del rey" o " la ciudad de Recaredo".

El yacimiento se halla en Guadalajara, en el termino municipal de Zorita de los Canes, sobre el Cerro de la Oliva. Desde este promontorio el asentamiento, domina la vega del río Tajo, cuyo meandro rodea la ciudad por el norte, sur y oeste. En este privilegiado emplazamiento, los Visigodos ejercían la caza, la pesca, la equitación y la cetrería que tanto les apasionaba.

Tras la caída del Imperio, los visigodos fueron el motor socioeconómico de la península. La agricultura y la ganadería eran la base de la economía. El máximo esplendor de la ciudad se desarrollo entre los siglos VI al XI.

EL yacimiento de Recópolis posee varios lienzos de muralla realizada con sillarejo y jalonados con torres cuadradas. La muralla tiene una anchura de 2 m.

Hasta el momento la única puerta descubierta es la localizada en la zona oeste. La iglesia es única en la península, de planta cruciforme y ábside semicircular. También destaca la zona palatina. Es una ciudad única en Europa. La basílica se construyó en dos fases diferenciadas, en su origen se construyó una modesta iglesia romana rural de siglo IV o principios del V en concordancia con la población hispano romana que habitaba el asentamiento. Posteriormente la iglesia se rehabilitó convirtiéndola en una basílica y el asentamiento paso a ser una ciudad.

También destacamos los restos arqueológicos de sus alrededores, como los restos de una calzada romana que discurren hacia Buendía, el castillo del siglo XII y la iglesia de san Juan bautista en cuyo interior se halla una pila bautismal visigoda.



La ermita es el edificio más moderno del yacimiento, fue construida en el siglo XV, aprovechando los restos de una iglesia románica del S XII, que a su vez se levanto sobre los restos de la iglesia visigoda edificada a finales del siglo VI. Hasta el siglo XVI fue un lugar de romería en la que participaban los pueblos de la zona cuyos habitantes recordaban la existencia de una ciudad antigua cuyas ruinas todavía se adivinaban en el terreno.
El templo más importantes de Recópolis, situado en el lado este de la plaza, tenia planta cruciforme inscrita en un rectángulo, y una habitación bautismal en su esquina noroeste. Estaba integrado en el conjunto palatino.

La calidad de sus sillares, sus pavimentos similares a los del palacio y la variedad de sus elementos decorativos, dan idea de la importancia de esta construcción.







 






La ciudad de grandes dimensiones fue la única de nueva planta que se levantó en aquella época. Se construyó con esplendidos edificios y siguió un plan urbanístico jerarquizado que la dividía en varias zonas, el palacio, la zona comercial, la zona de viviendas, la muralla y los arrabales.





Recópolis se convirtió en una ciudad muy dinámica, con sus transformaciones y cambios durante época visigoda (S VI-VIII) y de la primitiva época andalusí (S VIII- mitad IX). A mediados del S IX,  ya abandonada la ciudad, sus restos sirvieron como cantera para construir la nueva ciudad andalusí de Zorita. A finales del S XII, ya consolidada la conquista cristiana, se asienta en lo alto del cerro una comunidad de campesinos que aprovecha las ruinas visigodas y construyen la iglesia y sus viviendas.










Vivienda visigoda. Primera época visigoda: la construcción de este edificio se fecha en la contracción de la ciudad a finales del S VI. De esta época se conservan las cimentaciones y los zócalos de los muros de una casa alrededor de un patio, parcialmente porticado, destacando el cuerpo central situado al N.E. formado por dos habitaciones que configuran el espacio principal de la vivienda.
Segunda época visigoda: hacia mediados del S VII y dentro de los cambios que se producen en Recópolis en esta fecha, la vivienda se transforma reduciendo la habitación. Estos cambios afectan principalmente al cuerpo central, donde la habitación menor se transforma en establo y la vivienda queda reducida únicamente a la habitación mayor.

La calle principal de la ciudad estaba formada por dos niveles, necesarios para salvar la pendiente natural, de ellos el superior servia como espacio para transeúntes. Por su proximidad con el palacio y su relación la zona comercial y una cisterna para el aprovechamiento de agua, debía ser un punto de encuentro de los habitantes de la ciudad.

A ambos lados de la calle se levantaban edificios de carácter comercial y artesano. Albergaban nueve tiendas y sus correspondiente talleres, alguno de los cuales, según los restos arqueológicos hallados, estuvo dedicado a a la elaboración y comercialización de objetos de vidrio y orfebrería.

En la margen derecha de la calle se sitúan los restos de una cisterna de época visigoda, que formaba parte del sistema de suministro de agua de la población. Estaba protegida y se accedía a través de otra una habitación contigua, pavimentada con losas de piedra, abierta a la calle.

Taller vidrio. En este espacio del edifico comercial se ha documentado la existencia de un taller de producción de vidrio soplado. Los restos de un horno, así como la gran cantidad de fragmentos de vidrio, probaturas y escorias, son testimonios de la importancia de este tipo de producción tuvo en Recópolis en la época visigoda. El taller se localizaba en la habitación rectangular situada en la zona posterior. Las dos estancias próximas a la entrada, pudieron tener la función de tienda para comercializar los objetos fabricados.

A mediados del S VII la ciudad de Recópolis sufrió cambios en su estructura urbana y en la función de algunos de sus edificios y espacios colectivos. En esta zona de la ciudad y como consecuencia de estos cambios, parte de los espacios comerciales se transforman en zonas de vivienda y algunas calles se cierran con nuevas construcciones. Se levantó sobre una calle anterior y su construcción obligo a canalizar mediante una atarjea un antiguo desagüe para evacuar las aguas procedentes de la zonas superior y dirigirlas a un pozo escavado bajo la plataforma superior de la calle principal.





Sobre el espacio ocupado por una de las tiendas de época visigoda, se construyó a principios de la época andalusí, en el S VIII, una herrería. Testimonio de esta son los muros, así como la cimentación del horno. Este horno de planta rectangular conserva en su parte central  la cámara de combustión. La herrería servia para cubrir las necesidades de la población derivadas de la demanda de utensilios de hierro utilizados en las actividades agrícolas y cotidianas.
En época visigoda se levantó una puerta monumental de acceso al conjunto palatino, de la que solo se conserva su basamento. Estaba construida con sillares recubiertos con un enlucido de cal, y tenia una altura aproximada de 7 metros.

En época andalusí la puerta se cerro para proteger la entrada al recinto porticado. De esta reforma den testimonio los sillares que sirvieron como topes de los batientes y para albergar los huecos de los  goznes.



Palacio. El conjunto de edificaciones palatinas se situaba en la zona superior de la ciudad organizado alrededor de una gran plaza. Este conjunto de edificios tenia, además de su uso como residencia de altos dignatarios, una función administrativa. En ellos se localizaban todas las dependencias para la administración y el gobierno de Recópolis y su territorio.
Los estudios arqueológicos han constatado que estos edificios contaban con dos plantas. La superior era la de mayor relevancia, tal y como refleja que asociaba a ella se encontraran destacados restos decorativos, así como su pavimento, realizado con un hormigón de origen romano, el opus signium, cuidadosamente acabado. La alineación de los machones, situada en el centro de estos edificios, documenta la base de la estructura que sustentaba dicha planta.







En época andalusí, , parte del palacio de la época visigoda, ya en ruina, sufre una profunda transformación al convertirse en una fortaleza que se construirá sobre los restos de la mitad occidental del edificio de mayores dimensiones. De estas reformas dan testimonio los muros exteriores que se reconstruyen y refuerzan; las compartimentaciones del interior, la construcción de una torre en el extremo occidental o el cerramiento de las dos puertas de época visigoda. La fortaleza protegía un recinto al que se accedía a través de la puerta monumental. ahora dotada de un cerramiento.
En época andalusí el espacio utilizado anteriormente como vivienda, se convierte en una zona productiva. En las excavaciones han aparecido fosas de gran tamaño que se vinculan con la elaboración o transformación de materiales.

De esta época se ha documentado un horno de cal, compuesto por un pasillo de carga de lecha y una gran cámara de combustión. En su interior se excavó un extracto de madera carbonizada, un extracto de cal muerta y piedra calizas quemadas.





Durante las dos fases que documentan la época andalusí, de principios del S VII a principios del S IX, continuo la vida de la ahora dominada Madinat Raqubbal. Las excavaciones atestiguan este hecho, ya que se han documentado los distintos espacios de esta época.

Para la primera fase de época andalusí, un ejemplo lo constituyen las reformas realizadas en el antiguo edificio comercial. Se construyeron muros que compartimentan las nuevas viviendas y que sustituyen a los que estaban arruinados de la fachada original. Asociados a estos espacios  se localizan hogares de cocina y materiales andalusies que testimonian su uso como viviendas.



Hacia finales del S VIII y principios del S IX se documenta una segunda fase andalusí que produjo grandes cambios en el paisaje urbanístico de la ciudad, ahora denominada Madinat Raqqubal. Una de estas transformaciones esta relacionada con la profusión de conjuntos de silos asociados a las nuevas viviendas para el almacenaje de grano, que se obtenía de una intensa explotación agraria del territorio. Estos silo, generalmente asociados a las nuevas viviendas, se localizan en espacios ocupados por antiguas construcciones de época visigoda. Eran estructuras escavadas en el nivel geológico e impermeabilizada con un estuco de arcilla que se tapaban con una losa de piedra circular una vez introducido el cereal.
Herramelluri:

Existía un asentamiento primitivo, denominado OLIVA. LIBIA fue conquistada por los romanos en torno al año 178 a.C. por el pretor romano Sempronio Tiberio Graco.



La ciudad romana se asentaba en lo que hoy se conoce como el cerro del Piquillo, cercano a la confluencia de dos ríos, el Tirón y el Reláchigo. En el cerro del Piquillo pueden contemplarse , una necrópolis, numerosos restos de ánforas, cerámicas, ruedas de molino, tejas, etc., y los restos de la calzada romana.

Libia tenia ceca. Durante las Guerras Civiles  fue fiel a Pompeyo.

De época romana se han hallado los restos de lo que fue la calzada romana que unía Zaragoza (Caesaraugusta) con Briviesca (Virobesca), y discurria por Alfaro (Graccurris), Calahorra (Calagurris), Logroño, Varea, Lardero, Entrena, Tricio, Hormilla, Valpierre, San Torcuato, Villalobar, Leiva, Tormantos, Cerezo (Segisamunculum),...Por este camino  siglos más tarde, transitarían los peregrinos que iban a Santiago.

La Venus de Herramélluri (s. II ) se puede contemplar en el Museo de La Rioja, en Logroño.

Menos conocido es el Candelabro Sideral de Herramélluri, un molde de piedra de 10 cm. de alto y 12 mm. de grueso, con inscripciones. Entre los restos que se pueden encontrar en el pueblo destacan la piedra sepulcral que adorna una pared de una casa de Herramélluri en la calle Santo Domingo.

En la Iglesia parroquial de Herramélluri se conservan dos magníficos vasos de alabastro; uno utilizado como pila de agua bendita a la entrada, junto a la puerta; el otro, para lavabo en la sacristía. En la Casa Grande de Herramélluri pueden contemplarse siete columnas romanas, también, en la casa rectoral de Baños de Rioja hay diez columnas de mármol.

miércoles, 5 de junio de 2013

CONTREBIA LEUKADE:



ALFARO:



Antiguo poblado íbero llamado Ilurcis. El general Tiberio Sempronio Graco en el año 179 a.e.c. fundó sobre este poblado la ciudad romana de Graccurris.


En la nueva ciudad convivían la población indígena originaria de la antigua llurcis, y la romana. Graccurris formó parte del Convento Jurídico César Augustano. La ciudad romana se localizada a dos kilómetros de la actual población, En tiempos de Tiberio, obtuvo condición de municipio. La ciudad romana debió desaparecer hacia el siglo V.

En la Azucarera hay restos de lo que fue una necrópolis paleocristiana. En el yacimiento arqueológico de las Eras de San Martín se pueden visitar los restos de Graccurris.

El Ninfeo Romano está situado en el extrarradio de la ciudad. Este conjunto hidráulico, constaba de presa, puente y fuente, fue lugar de culto a las ninfas del río Alhama hasta el siglo IV.
Otros restos arqueológicos se ubican en la zona de la Estrella, donde se encuentran las bases de un puente romano y el puente de asientos oblicuos situado en la antigua calzada romana hacia Numancia.

ACUEDUCTO DE ALCANADRE:

on tres los conjuntos hidráulicos relacionados con el abastecimiento de agua a Calagurris: el acueducto de Alcanadre-Lodosa, la presa de La Degollada para uso agrícola y el acueducto de Sierra la Hez.

En Alcanadre existen vestigios del acueducto, el llamado “puente de los moros”. La gente del pueblo aun recuerda los pilares que emergían y fueron anegados en 1940 con la construcción de la presa y la dinamitación de parte del acueducto para aprovechar sus sillares para la presa.

De él quedan 13 arcos de los 108 que debió tener. Se halla en la carretera NA 134 a unos 2km de Lodosa en dirección a Mendavia y Logroño, aguas arriba del Ebro. El acueducto surtía de agua a Calagurris (Calahorra) a través de una conducción de unos 30km. Data de finales del siglo I, principios del siglo II. Captaba el agua en la Sierra de Codés, donde nacen los ríos Odrón y Linares Mayor, aguas abajo de Lazagurría (Navarra). Se cree que la conducción nacería en las proximidades de la presa actual, donde se han hallado restos de una conducción antigua, atravesaría el término de Mendavia y llegaría a Lodosa, como la canalización de riego existente en la actualidad.
 

Posiblemente abasteció los núcleos de población situados junto al río Ebro en el municipio de Sartaguda (Navarra), términos La Barca y El Rebocadero (margen derecha) y Las Cerradillas y el Alto de la Mesilla (margen izquierda).

El acueducto de Sierra la Hez, posiblemente captaba las aguas en el barranco de Las Ruedas. Se han localizado restos del acueducto en los alrededores de la ermita de San Julián, cerca de Carbonera, por Tudelilla, Bergasa y en la finca de San Pedro Mártir en término de Quel. Cruza el alfar romano de La Maja y entra en el término de Calahorra por Valroyo, llegando hasta los actuales campos de deportes. Junto al yacimiento del Sorbán, se observan los restos de su construcción. Las paredes del canal son de opus caementicium, de sillarejo, o incluso mampostería dependiendo del tramo. Su trazado media unos 20km.

VAREA:

El municipio de Varea se halla a tres kilómetros de la capital de La Rioja, cruzando el río Iregua, casi en su desembocadura en el río Ebro. Sus orígenes de leyenda se remontan a Túbal, nieto de Noé llegó hasta esta ciudad de Varea, atravesando el Mediterráneo en caprichosas naves. En el siglo II a.e.c, se hace la mención de ella por unas monedas escritas en alfabeto ibérico.

Distintos historiadores, en sus relatos, hablan de la ciudad de Varea: Tito Livio, la califica como urbe más fuerte de la región. Plinio la describe como el lugar navegable más alejado del Ebro e importante puerto fluvial. Ptolomeo en el sigo II, la considera una de las tres ciudad importantes de los berones: Calagurris, Tritium Magallum y Vareia.

Son abundantes los restos hallados en las excavaciones: Cabeza de Silvano en mármol blanco, monedas, cerámica y el broche vareyense, magnífica pieza de oro y plata. Y por supuesto su la calzada romana.

Contrebia leukade:

El yacimiento esta situado en la margen derecha del río Alhama, cerca de Inestrillas y Aguilar del Río Alhama.
Es uno de los asentamientos más antiguos de La Rioja. Los restos más antiguos corresponden a un enterramiento, de finales del II milenio a.e.c.
Hacia la segunda mitad del siglo IV a.e.c se amplió el poblado y reforzaron los sistemas defensivos, con un foso excavado en la roca y una muralla que rodeaba la ciudad y se realizaron obras de acondicionamiento para el aprovechamiento de agua potable.
Los romanos romanización las tierras del Alhama en el año 142 a.e.c.
El foso tiene una longitud próxima a los 700m. y una anchura y profundidad en torno a los 8m. Con la extracción de más de 40.000 metros cúbicos de piedra del foso se construyó la muralla, de la que  sólo se conservan algunos tramos de época celtibera, en el punto más elevado del conjunto arqueológico.


La muralla del lado norte, en el punto más bajo de la ciudad y próximo al río, es de época romana, data de finales del siglo I o del II. Presenta seis torreones semicirculares, dos de ellos flanqueando una puerta, y en su fabricación predominan los sillares de arenisca.

Las casas se disponen alineadas respecto a las calles. Son de planta rectangular y a menudo aparece compartimentada en varias dependencias dispuestas longitudinalmente. Las más completas constan de tres habitaciones.

Los habitantes de Contrebia realizaron dos accesos que comunican el interior de la ciudad con el nivel freático del Alhama para la captación de agua.

martes, 4 de junio de 2013

Caesaraugusta:

La colonia inmune romana de Caesar Agusta fue fundada el año 14 a. C., posiblemente el 23 de diciembre.1 Coincidía con la reorganización de las provincias de Hispania por César Augusto tras su victoria en las Guerras Cántabras.
Colonia Caesaraugusta era el nombre que recibía la nueva ciudad, que gozaba del privilegio de ostentar el nombre completo de su fundador, quien encomendó su deductio, como otras muchas tareas del Imperio, a su yerno Agripa.
En la fundación de la ciudad, participaron soldados veteranos de las legiones IV Macedonica, VI Victrix y X Gemina, licenciados tras la dura campaña contra los Cántabros, con la doble intención de garantizar la defensa del territorio a la vez que fijar en él la presencia de Roma. Zaragoza contaba con el título de Colonia Inmune, lo que hacía que disfrutase de determinados privilegios como el derecho a acuñar moneda o la exención del pago de impuestos. Los nuevos ciudadanos fueron adscritos a la tribu Aniense.
En el proceso de reorganización de territorios Hispanos, se crean tres provincias, Tarraconensis, Baetica y Lvsitania, divididas en conventos jurídicos (distritos menores con funciones judiciales y administrativas); de ellos, el regido por Caesarugusta, el Convento Jurídico Caesaraugustano, era el más extenso de los siete en los que se dividía la provincia Tarraconense. Caesaraugusta asumió desde un primer momento el papel de cabecera regional, sustituyendo a la colonia Victrix Ivlia Celsa (en la actual Velilla de Ebro).
El periodo de mayor apogeo de la ciudad (siglos I y II) trajo consigo muchas de las grandes obras públicas, de las que aún hoy podemos ver algunas: el foro, el puerto fluvial (que convirtió a Caesarugusta en el principal redistribuidor de mercancías en el valle del Ebro), las termas públicas, el teatro, el anfiteatro, el primer puente de la ciudad (situado en el emplazamiento del actual puente de Piedra y que probablemente era una obra mixta de piedra y madera).
El agua también ha representado un importante papel en la Zaragoza romana, tanto por su situación a orillas del río Ebro y junto a la desembocadura del Huerva y el Gállego como por sus complejos sistemas de abastecimiento y regadío. Junto a las ya mencionadas termas, se han documentado multitud de aljibes, fuentes y diversos tramos de tuberías de plomo y saneamiento.
Llega el siglo III, la construcción de una imponente muralla y el abandono de las grandes obras públicas denotan el importante proceso de crisis en el mundo romano (segunda mitad del siglo III). El comercio y la vida en Caesaraugusta no decaen y ayudan al florecimiento cultural de la misma.
A lo largo del siglo V, Caesaraugusta, al igual que todo Occidente romano, se ve inmersa en un proceso de desintegración del poder imperial.

lunes, 3 de junio de 2013


Teatro romano de cartagena:


anfiteatro de tarragona

Anfiteatro de tarragona:

El anfiteatro de Tarraco es un edificio romano construido muy cerca del mar, tras la muralla de la ciudad de Tarraco, capital de la provincia romana Hispania Citerior Tarraconensis. Es una de las localizaciones del lugar Patrimonio de la Humanidad llamado «Conjunto arqueológico de Tarraco», en concreto con el código 875-007 (actual Tarragona), en España.

Fue construido a finales del siglo II d.C., en un espacio que había sido un área funeraria.
Durante el imperio de Heliogábalo, a principios del siglo III d.C., en el anfiteatro se llevaron a cabo diversas reformas. En conmemoración de este hecho, el podium se coronó con una gran inscripción monumental, de la que se conservan numerosos fragmentos.
El 21 de enero del año 259, en el marco de las persecuciones contra los cristianos en época del emperador Valeriano, fueron quemados vivos en la arena del anfiteatro el obispo de la ciudad, Fructuoso y sus diáconos, Augurio y Eulogio.
Durante el siglo V, y como consecuencia de la política religiosa de los primeros emperadores cristianos, el anfiteatro fue perdiendo sus funciones originarias. Un siglo después se aprovecharon las piedras de éste, sobre todo los sillares de la gradería, para construir una basílica cristiana de tres naves que conmemoró el lugar del martirio de los tres santos de la Iglesia tarraconense. Alrededor del templo se construyó un cementerio con tumbas excavadas en la arena y mausoleos funerarios adosados a la iglesia.
La invasión islámica abrió un período de abandono del conjunto hasta que, en el siglo XII, se erigió sobre los cimientos de la basílica visigótica un nuevo templo bajo la advocación de Santa María del Milagro. De estilo románico y planta de cruz latina, una sola nave y un ábside cuadrángular. La iglesia se mantuvo en pie hasta 1915.