miércoles, 19 de diciembre de 2012

La sociedad romana

La población de Roma se estructuraba según la riqueza y los derechos legales. Había hombres libres (ciudadanos, libertos y clientes) y esclavos. Patricios y plebeyos formaban el grupo de ciudadanos aunque con diferentes derechos.

Los patricios eran los descendientes de los fundadores de Roma y se agrupaban en gentes, familias con un antepasado común.  Formaban una clase privilegiada, gracias a la posesión de grandes latifundios, y política, ya que eran los únicos ciudadanos con derechos políticos.

Los plebeyos eran ciudadanos que se establecieron en Roma tras su fundación y únicamente poseían derechos civiles. Vivían de la artesanía y el comercio o pequeñas propiedades rurales
El gobierno de Roma se organizaba a partir de tres instituciones, rey, senado y asambleas (comicios centuriados)

El rey poseía amplios poderes (militar, legislativo, religioso...). Era electivo y con carácter vitalicio.


Grupos sociales


Había también un pequeño número de clienteslibertos y esclavos que realizaban todo tipo de trabajos. Los clientes eran libres pero mantenían alguna relación de dependencia jurídica con el patrono del que recibían protección. Los esclavos pertenecían a un señor o al Estado y carecían de derechos. Habían llegado a esta situación por nacimiento, delitos o como prisioneros de guerra.

Los libertos eran antiguos esclavos que habían conseguido la libertad por compra o por los méritos realizados.
Forma de gobierno
El Senado, formado por los pater familias de las principales gentes, asesoraba al rey en los principales asuntos.
Los comicios eran las asambleas en las que participaban los patricios. Tenían ciertas competencias legislativas y judiciales, y elegían también al rey a propuesta del Senado.

martes, 18 de diciembre de 2012


http://www.luduslitterarius.net/


pagina con ejercicios d latín

La familia romana

 Esclavos
Los esclavos eran personas privadas de libertad, explotadas como fuerza de trabajo, a las que se podía comprar y vender como vulgares mercancías.

a) Vías para la esclavitud
En Roma la condición de esclavo podía adquirirse por varias vías:
  • Por nacimiento. Todo hijo de una esclava se convertía automáticamente en esclavo del dueño de su madre. Los esclavos de este tipo, nacidos en el seno familiar, eran particularmente apreciados por su fidelidad y recibían el nombre de "vernae".
  •  Por derecho de conquista. Los romanos subastaban ("sub hasta") como esclavo a todo enemigo capturado en el curso de una guerra. Esta costumbre pervivió hasta la Edad Moderna (en el 995 Otón el Grande, rey de Germania, derrotó a los húngaros, pueblo eslavo, y vendió como esclavos a los prisioneros; su número era tal que desde entonces el genticilio "eslavo/esclavo" -slave- se convirtió en sinómino de siervo).
  • Por insolvencia. Un deudor insolvente podía ser reducido a esclavitud por sus acreedores. El dinero obtenido de la venta era destinado a cubrir la deuda contraída. A finales de la República este derecho, dado lo impopular que era, no se ejercía.
  • Por exposición o venta. Era habitual en Roma abandonar a los hijos recién nacidos si no eran acogidos en el seno familiar. Los bebés expuestos podían ser recogidos por cualquiera para criarlos y venderlos como esclavos.
b) Mercados
Los esclavos eran comprados y vendidos por los "mangones", mercaderes especializados, en mercados específicos. En estos mercados los esclavos, desnudos y con un cartel colgado del cuello que indicaba sus habilidades ("titulus"), eran expuestos sobre una plataforma que facilitaba su examen por los posibles compradores. Aquellos esclavos que no habían tenido antes amo llevaban uno o ambos pies blanqueados con yeso.
Mercado de esclavos

c) Tipos y función de los esclavos
Los esclavos domésticos vivían en la casa familiar y estaban destinados al servicio de los otros miembros de la familia (pedagogo, peluquero, cocinero,...). Su situación era privilegiada si se les compara con los esclavos empleados en negocios familiares (artesanía, minería, agricultura). Muchos esclavos de este último tipo ni siquiera conocían a su dueño: un capataz se encargaba de controlarlos.
d) Trato y consideración
Para los romanos los esclavos eran personas incompletas sin madurez afectiva, ni intelectual. De hecho el nombre genérico que se les daba era el de "puer" (curiosamente la sociedad esclavista de Norteamérica coincide en esta consideración pues llamaba "boys" a los esclavos). Clarificador a estos efectos es un poema de Horacio en que habla de un paseo que había dado por el campo. A pesar de que lo acompaña un esclavo, el poeta asegura que no hay nada tan grato como pasear a solas. Evidentemente para Horacio un esclavo no era compañía, o no lo era más de lo que podía serlo un perro.
El "pater familias" podía castigar incluso con la muerte la torpeza de un esclavo. De todos modos esta medida era poco práctica -suponía una pérdida económica- y cada vez estaba peor vista socialmente.
A pesar del razonable trato que recibían, algunos esclavos, incapaces de adaptarse a la condición servil, terminaban huyendo o al menos lo intentaban. Si eran atrapados, el dueño, a manera de castigo y advertencia para próximos compradores, grababa a fuego en su frente las letras "FUG" de "Fugitivus".
Algunos esclavos, en su empeño por ser libres, llegaron a organizarse y a enfrentarse al ejército romano en las llamadas guerras serviles. La más famosa de todas ellas fue encabezada por Espartaco en el siglo I a.C.


Libertos
PíleoLos libertos eran esclavos manumitidos, liberados por su amo (de ahí el nombre). Era frecuente que el "pater familias" manumitiera, concediera la libertad, a los esclavos más fieles y laboriosos, sobre todo en su testamento.
Los esclavos que pasaban a ser libertos celebraban y anunciaban a todos su nueva condición colocándose durante un tiempo un gorro frigio, el píleo, que luego adoptaron los revolucionarios franceses para simbolizar la adquisición de la libertad. 
Jurídicamente los libertos, a pesar de ser libres, eran ciudadanos incompletos ya que tenían derechos civiles (casarse con una romana, ...), pero no políticos. Sus hijos, en cambio, ya gozaban de la plena ciudadanía.
Todo liberto seguía ligado como cliente a la familia de su antiguo amo 


 Clientes
Los clientes eran ciudadanos libres que habían establecido una  relación de apoyo y socorro mutuo con otros "pater familias" mejor situados social y/o económicamente que ellos. Estos "pater familias" recibían el nombre de patronos.
El cliente debía prestar los siguientes servicios al patrono:
  • Apoyo electoral e incluso militar.
  • Presentarle sus respetos todas las mañanas ("salutatio")
A cambio podía contar con la ayuda del patrono en los pleitos y en las dificultades económicas. De hecho los que carecían de medios recibían en la "salutatio" una cestita, la "sportula", con alimentos para el día.
El vínculo patrono-cliente no es exclusivo de Roma. En la Hispania prerromana existía algo parecido, la "devotio", en virtud de la cual una persona se comprometía a defender con su propia vida a otra de mayor prestigio. Si ésta moría violentamente, la otra debía morir también.



 Los hijos
Los hijos, por oposición a los esclavos, son llamados a veces "liberi/-orum", término que procede del adjetivo "liber/-era/-erum: libre". A pesar del nombre, la situación jurídica de los hijos difiere poco de la de los esclavos ya que la "patria potestas" daba al "pater familias" un enorme poder sobre ellos.
Este poder se sustanciaba en los siguientes derechos:
  • “Ius exponendi”, derecho a aceptar o no dentro de la familia al recién nacido. Cuando un niño nacía era depositado por la comadrona en el suelo. Si el padre aceptaba al hijo, lo recogía u ordenaba que fuera amamantado;  en caso contrario era abandonado en un vertedero o junto a la columna Lactaria.
  • Las causas que llevaban a un padre a rechazar a un hijo eran muchas (defectos físicos, dudas acerca de la paternidad, ...). Eso sí, era más fácil que fuera expuesta una niña que un niño.
    La exposición de un hijo no deseado era una práctica tan habitual en Roma que ni las leyes consiguieron frenarla (desde Rómulo existía una ley de dudosa eficacia que penaba con la confiscación de la mitad del patrimonio el abandono de un varón o de una hembra, si ésta era la primera hija).
  • "Ius vitae necisque", derecho a ordenar la muerte de cualquiera de los hijos. Se trata de una medida extrema que el "pater familias" tomaba generalmente tras consultar a un consejo de familiares y para castigar una falta gravísima (comisión de delito contra el Estado en caso del varón, relaciones ilícitas en caso de la hija).
  • " Ius vendendi", derecho a vender a los hijos como esclavos. Si el niño vendido era manumitido por su amo, volvía a estar sometido a la "patria potestas". El hijo sólo conseguía ser "suo iure" si era vendido tres veces por el padre y manumitido otras tres por el amo. En el caso de las hijas con una bastaba.
La existencia de estos derechos no implicaba que fueran ejercidos indiscriminada o caprichosamente ni que la situación fuera la misma en todo momento:
  • Los dos últimos derechos no se ejercían ya a finales de la República. Por eso despertó tanta indignación la actuación de Catilina, noble romano que en el siglo I a.C. mató a su hijo de 12 años, fruto de un matrimonio anterior, sin otro motivo que propiciar un futuro matrimonio.
  • En época imperial por influencia del cristianismo todos estos derechos terminaron desapareciendo.
 La esposa
La situación de la esposa estaba condicionada por el tipo de matrimonio que la uniera a su marido. Existían dos clases:
* El más antiguo era el matrimonio "cum manu". En virtud de este matrimonio el padre renunciaba a la patria potestad sobre su hija para asumirla el esposo. La mujer estaba sometida a la autoridad de su marido "filiae  loco", i.e., a manera de una hija, por lo que su esposo podía castigarla incluso con la muerte en caso de faltas graves (infidelidad, ...).
* El matrimonio "cum manu" fue sustituido a partir del siglo II a.C. por el matrimonio "sine manu", en que el padre, a pesar del matrimonio, conservaba la "patria potestas" sobre la hija. Esta circunstancia daba cierta independencia a la mujer, y más cuando la dote que aportaba al matrimonio era cuantiosa, ya que el marido hacía lo posible para no contrariarla y no perderla con un divorcio.
El matrimonio "sine manu", del que poseemos más datos, se podía disolver por iniciativa de cualquiera de los cónyuges (la esposa debía consultar con sus padres). El trámite era muy simple y rápido. Consistía en enviar a la pareja una nota con este mensaje: "Tuas res tibi habeto".


La familia romana


La familia de un romano era una rígida estructura controlada por el paterfamilias, varón casado sin ascendentes varones vivos, a su muerte el hijo varón primogénito casado pasaba a ocupar el lugar del difunto. El poder y todos los bienes del hogar están a cargo del paterfamilias. En la estructura familiar de los romanos, el paterfamilias tambien era el jefe religioso familiar, el encargado del culto al hogar, de las ofrendas y las oraciones a los lares y penates, al genius, para la fertilidad y a los antepasados o manes
Los miembros de la familia eran; La esposa legítima, a través del matrimonio. Los hijos, estén casados o no.
El poder del padre sobre sus hijos se denomina patria potestas y suponía, incluso, el derecho a decidir sobre la vida o la muerte, como ocurría cuando nacía un niño deforme, según recogían las Leyes de las XII Tablas. A partir de Augusto se limitará esta potestas y será el año 63 a.e.c. el último año del que tengamos noticia de su aplicación en el contexto de la Conjuración de Catilina. Los libertos, conservaban los lazos de fidelidad con las casas originarias. Era el llamado Iura Patronatus. Los esclavos conservaban el vinculo con sus amos a través de la Dominica Potestas.
Diversas familias forman una gens. Esta tiene diferentes elementos que la identifican, tales como el culto a un antepasado común. Además, todos los miembros de la gens llevaban un mismo nombre, llamado gentilium o gentilicio. Al nacer, un romano recibía un nombre individual o praenomen, otro nombre referente a la gens o nomen gentilium y un apellido o cognomen, que identificaba a la familia.
Entre las atribuciones del paterfamilias estaba la de concertar el matrimonio de sus hijos en edad impúber, incapaces jurídicamente, con los hijos de otro jefe de familia. El matrimonio era un acto privado en el que no intervenía ninguna autoridad civil o religiosa, pero que tenía una validez en la sociedad romana. Primero se realizaba una sponsalia, promesa de matrimonio, cuando los niños habían cumplido siete años. Años más tarde se realizaba la ceremonia matrimonial según el modo de autoridad que hubiera ejercido el paterfamilias. Si el jefe de la familia hacía uso de su autoridad era ad manus y, según esta forma, podía hacerse:
Usus – se ejercía la autoridad después de haber poseído a la mujer ininterrumpidamente durante un año. Augusto hará desparecer esta modalidad en el s.
Confarreatio – en una ceremonia religiosa ante sacerdotes de Júpiter, Marte o Rómulo.
Coemptio – comprando la potestad sobre la mujer.


miércoles, 12 de diciembre de 2012

Determinantes

En latín clásico los determinantes solían quedar en el interior de la frase. Sin embargo, el latín vulgar propendía a una colocación en que las palabras se sucedieran con arreglo a una progresiva determinación, al tiempo que el período sintáctico se hacía menos extenso. Al final de la época imperial este nuevo orden se abría paso incluso en la lengua escrita, aunque permanecían restos del antiguo, sobre todo en las oraciones subordinadas.
Las preposiciones existentes hasta ese momento eran insuficientes para las nuevas necesidades gramaticales y el latín vulgar tuvo que generar nuevas. Así, se crearon muchas preposiciones nuevas, fusionando muchas veces dos o tres que ya existiesen previamente, como es el caso de detrás (de + trans), dentro (de + intro), desde (de + ex + de), hacia (facie + ad), adelante (<adenante <ad + de + in + ante).

martes, 11 de diciembre de 2012

El latín tras la época clásica:

Edad Media


Al caer el Imperio romano, el latín aún fue usado a través de los siglos como la única lengua escrita en el mundo del estado romano. En el canciller del rey, en la liturgia de laIglesia católica, en los libros la única lengua usada era el latín. Pero siempre un latín muy cuidado, aunque a la vez influido por las lenguas habladas. Ya en el siglo VII, el latín vulgar había comenzado a diferenciarse dando origen al protorromance y después a las primeras fases de las actuales lenguas romances.
Con el Renacimiento Carolingio en el siglo IX, cuando Carlomagno se reunió en torno a los mayores pensadores de la época, como el lombardo Paolo Diacono o el inglés Alcuino de York, quien diera la idea de reorganizar la cultura y la enseñanza en su Imperio. Esta operación de recuperación, restituyendo ahora hacia un latín más correcto, separó definitivamente al latín de la lengua hablada.
Luego, con el surgimiento de las primeras y pocas universidades, las enseñanzas dadas por personas que provenían de toda Europa eran rigurosamente en latín. Pero un cierto latín, el que no podía decirse que fuera la lengua de Cicerón u Horacio. Los doctos de las universidades elaboraron un latín particular, escolástico, adaptado a exprimir los conceptos abstractos y ricos en elaborados matices de la filosofía de la época. El latín ya no era más la lengua de comunicación que era en el mundo romano; todavía era una lengua viva y vital, todo menos que estática.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Evolución del latín:

.

Cambios fonéticos: 

El latín tardío o latín vulgar cambió muchos de los sonidos del latín culto o clásico.

Los más importantes procesos fonológicos que afectaron al consonantismo fueron: la lenición de consonantes intervocálicas (las sordas se sonorizan y las sonoras desaparecen) y la palatalización de consonantes velares y dentales, a menudo con una africación posterior (lactuca > gallego, leituga; español, lechuga; catalán, lletuga). Ambos procesos tuvieron mayor incidencia en el Oeste (de las lenguas occidentales, el sardo fue la única que no palatalizó). Otra característica es la reducción de las geminadas latinas, que solamente preservó el italiano.
  • Los fonemas /k/ y /t/ se palatalizan si les precede una yod:
    • Si a <c, qu> /k/ sigue una /e/ o /i/ muta a /tʃ/ en la Romania oriental y /ts/ en la occidental (y según la evolución de cada lengua romance, posteriormente a /s/ o /θ/).
    • Si a /t/ sigue una /i/ en diptongo muta a /ts/.
  • Palatización del fonema /g/ hacia una [ʤ] ante e, i que después muy pronto se fricativizó en la Romania occidental resultando en una [ʒ]; este último sonido fue el que se conservó en francés, catalán y portugués, mientras que en castellano, primero se ensordeció dando una [ʃ] que luego terminó velarizándose en el sonido moderno de la jota /x/ durante los siglos XVI y XVII.
  • Los diptongos ae y oe pasaron a ser /ε/ (e abierta) y /e/ (e cerrada) y el diptongo au, da paso a ou y finalmente /o/.
  • El sistema de 10 fonemas vocálicos, 5 largos y 5 breves, se fue perdiendo, pasando a ser de 7, sufriendo luego más cambios en las lenguas romances. Así en el castellano, por ejemplo, las variantes abiertas [ε] y [ɔ] se convirtieron en los diptongos ie [je] y ue [we], respectivamente, mientras que en el sardo se fusionaron con las variantes cerradas /e/ y /o/; por lo tanto estos dos idiomas cuentan con sólo cinco vocales: /a, e, i, o, u/.
  • Todas las oclusivas finales (t, d, k, p, b) y la nasal /m/ se perdieron por lenición.
Aquí también se podrían agregar algunos otros cambios fonéticos, como la pérdida de la /d/ intervocálica en castellano o la pérdida de la /n/ y /l/ en portugués, catalán y occitano.



martes, 4 de diciembre de 2012

Evolución del latín:


El latín tardío o latín vulgar cambió muchos de los sonidos del latín culto o clásico 
Los más importantes procesos fonológicos que afectaron al consonantismo fueron: la lenición de consonantes intervocálicas (las sordas se sonorizan y las sonoras desaparecen) y la palatalización de consonantes velares y dentales, a menudo con una africación posterior (lactuca > gallego, leituga; español, lechuga; catalán, lletuga). Ambos procesos tuvieron mayor incidencia en el Oeste (de las lenguas occidentales, el sardo fue la única que no palatalizó). Otra característica es la reducción de las geminadas latinas, que solamente preservó el italiano.
  • Los fonemas /k/ y /t/ se palatalizan si les precede una yod:
    • Si a <c, qu> /k/ sigue una /e/ o /i/ muta a /tʃ/ en la Romania oriental y /ts/ en la occidental (y según la evolución de cada lengua romance, posteriormente a /s/ o /θ/).
    • Si a /t/ sigue una /i/ en diptongo muta a /ts/.
  • Palatización del fonema /g/ hacia una [ʤ] ante e, i que después muy pronto se fricativizó en la Romania occidental resultando en una [ʒ]; este último sonido fue el que se conservó en francés, catalán y portugués, mientras que en castellano, primero se ensordeció dando una [ʃ] que luego terminó velarizándose en el sonido moderno de la jota /x/ durante los siglos XVI y XVII.
  • Los diptongos ae y oe pasaron a ser /ε/ (e abierta) y /e/ (e cerrada) y el diptongo au, da paso a ou y finalmente /o/.
  • El sistema de 10 fonemas vocálicos, 5 largos y 5 breves, se fue perdiendo, pasando a ser de 7, sufriendo luego más cambios en las lenguas romances. Así en el castellano, por ejemplo, las variantes abiertas  y  se convirtieron en los diptongos ie [je] y ue [we], respectivamente, mientras que en el sardo se fusionaron con las variantes cerradas /e/ y /o/; por lo tanto estos dos idiomas cuentan con sólo cinco vocales: /a, e, i, o, u/.
  • Todas las oclusivas finales (t, d, k, p, b) y la nasal /m/ se perdieron por lenición.
Aquí también se podrían agregar algunos otros cambios fonéticos, como la pérdida de la /d/ intervocálica en castellano o la pérdida de la /n/ y /l/ en portugués, catalán y occitano.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Origen de las palabras nadie y nada 1:

En el latín habado en la península ibérica se utilizaba la expresión homine natu ( hombre nacido) para indicar 'cualquiera'. Esta expresión se negaba con el adverbio latino non cuyo sentido sería nadie en absoluto. Este valor negativo fue el que prevaleció        


martes, 27 de noviembre de 2012

El latín en la edad media

Al caer el Imperio romano, el latín aún fue usado a través de los siglos como la única lengua escrita en el mundo del estado romano. En el canciller del rey, en la liturgia de la Iglesia católica, en los libros la única lengua usada era el latín. Pero siempre un latín muy cuidado, aunque a la vez influido por las lenguas habladas. Ya en el siglo VII, el latín vulgar había comenzado a diferenciarse dando origen al protorromance y después a las primeras fases de las actuales lenguas romances.
Con el Renacimiento Carolingio en el siglo IX, cuando Carlomagno se reunió en torno a los mayores pensadores de la época, como el lombardo Paolo Diacono o el inglés Alcuino de York, quien diera la idea de reorganizar la cultura y la enseñanza en su Imperio. Esta operación de recuperación, restituyendo ahora hacia un latín más correcto, separó definitivamente al latín de la lengua hablada.
Luego, con el surgimiento de las primeras y pocas universidades, las enseñanzas dadas por personas que provenían de toda Europa eran rigurosamente en latín. Pero un cierto latín, el que no podía decirse que fuera la lengua de Cicerón u Horacio. Los doctos de las universidades elaboraron un latín particular, escolástico, adaptado a exprimir los conceptos abstractos y ricos en elaborados matices de la filosofía de la época. El latín ya no era más la lengua de comunicación que era en el mundo romano; todavía era una lengua viva y vital, todo menos que estática.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

El latín vulgar

Latín vulgar (en latín, sermo vulgaris) es un término genérico, empleado para referirse al conjunto de los dialectos vernáculos del latín vivo, hablados en las provincias del Imperio romano. La extinción como lengua viva del latín se asoció con la creciente diferenciación de estos dialectos, que condujo, hacia el siglo IX, a la formación de las lenguas romances tempranas. Algunos autores proponen distinguir técnicamente entre latín vulgar (o popular) y latín tardío (siglo IV en adelante), aunque lingüísticamente es difícil distinguir entre esas dos acepciones.
Sin embargo conviene aclarar, desde el punto de vista de la lingüística moderna, que el latín vulgar como tal es una expresión basada en una hipótesis antigua y equivocada, que suponía la existencia de dos lenguas paralelas: un latín "culto" y uno "vulgar"; pero, verdaderamente, el latín vulgar era el latín mismo, un idioma vivo y en constante evolución, mientras que el latín clásico sólo se mantenía en la literatura y administración como el lenguaje escrito culto, para facilitar la comunicación entre las provincias romanas.
La variante de latín hablado difiere notablemente del estilo literario del latín clásico en su pronunciación, vocabulario y gramática. Algunos rasgos del latín vulgar no aparecieron hasta la época tardía del Imperio romano, aunque parece que muchos de sus rasgos son sorprendentemente tempranos. Otros, pueden incluso haber estado presentes mucho antes, al menos bajo la forma de latín acriollado. La mayor parte de las definiciones de "latín vulgar" suponen que es una lengua hablada antes que escrita, porque ciertas evidencias sugieren que el latín se dialectalizó o criollizó durante este período, y porque no hay pruebas de que alguien transcribiera el habla cotidiana de ninguno de sus hablantes. El estudio del latín vulgar requiere el análisis de evidencias indirectas, ya que originalmente nadie usaba intencionalmente las formas de latín vulgar cuando escribía.
Lo que hoy se sabe del latín vulgar procede de tres fuentes. La primera es el método comparativo que puede reconstruir numerosos rasgos de las lenguas romances atestiguadas, y hacer notar aquello en lo que difieren del latín clásico. La segunda fuente son varios textos de gramáticas prescriptivas del latín tardío que condenaban los errores lingüísticos que los hablantes de latín solían cometer, denuncias que ayudan a describir cómo se usaba la lengua. Finalmente, los "solecismos"y usos que se apartan del latín clásico encontrados a veces en textos de latín tardío también dan luz al habla de quien los escribió.

martes, 20 de noviembre de 2012

Literatura latina;

El cuerpo de libros escritos en latín, retiene un legado duradero de cultura de la Antigua Roma. Los romanos produjeron una extensa cantidad de libros de poesíacomedia,tragediasátirahistoria y retórica, trazando arduamente al modo de otras culturas, particularmente al estilo de la más madura literatura griega. Un tiempo después de que el Imperio romano de occidente cayese, la lengua latina continuaba jugando un papel muy importante en la cultura europea occidental.
La literatura latina normalmente se divide en distintos períodos. En lo que respecta a la primera, la literatura primitiva, sólo restan unas pocas obras sobrevivientes, los libros de Plauto y Terencio; se han conservado dentro de los más populares autores de todos los períodos. Muchas otras, incluyendo la mayoría de los autores prominentes del latín clásico, han desaparecido, aunque bien algunas han sido redescubiertas siglos después.
El periodo del latín clásico, cuando la literatura latina es ampliamente considerada en su cumbre, se divide en la Edad Dorada, que cubre aproximadamente el periodo del inicio desiglo I a. C. hasta la mitad del siglo I d. C.; y la Edad de Plata, que se extiende hasta el siglo II d. C. La literatura escrita después de la mitad del siglo II es comúnmente denigrada e ignorada.
En el Renacimiento muchos autores clásicos fueron redescubiertos y su estilo fue conscientemente imitado. Pero sobre todo, imitando a Cicerón, y su estilo preciado como el perfecto culmen del latín. El latín medieval fue frecuentemente despreciado como latín macarrónico; en cualquier caso, muchas grandes obras de la literatura latina fueron producidas entre la antigüedad y la Edad Media, aunque no sea de los antiguos romanos.
La literatura latina romana abraza dos partes: la literatura indígena y la imitada.
  • La literatura latina romana indígena ha dejado muy pocos vestigios y sólo nos ofrece fragmentos verdaderamente arcaicos e intentos de arcaísmo deliberado que proceden fundamentalmente de tiempos de la República, de los emperadores y principalmente de los Antoninos.
  • La literatura latina romana imitada ha producido composiciones en que la inspiración individual se junta a la imitación más feliz, obras numerosas y elegidas que nos han llegado enteras. A veces, se han confundido las obras de origen italiano, producciones más toscas del genio agrícola o religioso de los primitivos romanos (que ofrecen un carácter más original), con las copias latinas de las obras maestras de Grecia, que ofrecen un encanto, una elegancia y una suavidad correspondientes a una civilización culta y refinada. En este último aspecto señalamos la tendencia de dos escuelas retóricas de origen griego que tuvieron gran influencia en Roma: el asianismo y el aticismo. Desde los tiempos de Cicerón estas dos tendencias estilísticas del griego entraron de lleno en latín y perduraron durante varios siglos en la literatura latina.

Literatura temprana



Literatura de la Edad de Oro



Literatura de la Edad de Plata




miércoles, 14 de noviembre de 2012

Fonética y fonologia

El latín se pronunciaba de forma diferente en los tiempos antiguos, en los tiempos clásicos y en los posclásicos; también era diferente el latín culto de los diversos dialectos de latín vulgar. Al ser el latín una lengua muerta, no se sabe con exactitud la pronunciación de la grafía latina: históricamente se han propuesto diversas formas. Las más conocidas son la eclesiástica (o italiana) que se acerca más a la pronunciación del latín tardío que a la del latín clásico, la pronuntiatio restituta (pronunciación reconstruida), que es el intento de reconstruir la fonética original, y la erasmita. La comparación con otras lenguas indoeuropeas también es importante para determinar el probable valor fonético de ciertas letras.
No hay un acuerdo entre los estudiosos. Pero parece ser que el latín, a lo largo de su historia, pasó por períodos en los que el acento era musical y por otros en los que el acento era de intensidad. Lo que está claro es que el acento tónico depende de la cantidad de las sílabas según el siguiente esquema:
  1. Se puede decir que en latín no hay palabras agudas (acentuadas en la última sílaba).
  2. Toda palabra de dos sílabas es llana.
  3. Para saber la acentuación de las palabras de tres o más sílabas, hemos de conocer la cantidad de la penúltima sílaba. Si ésta es larga, la palabra es llana; si es breve, la palabra es esdrújula.
  4. Los diptongos latinos son: ae, au, eu, oe.

Sistema vocálico

El latín clásico tenía cinco vocales breves /a, e, i, o, u/ y cinco vocales largas /ā, ē, ī, ō, ū/ con valor de distinción fonológica. Lay (i Græca) originalmente no formaba parte del sistema vocálico latino y sólo aparecía en préstamos cultos griegos. Su pronunciación en el griego clásico correspondía aproximadamente a la de la u francesa o ü alemana [y]. En latín generalmente se pronunciaba como una i, pues para la población poco educada resultó difícil pronunciar la /y/ griega. Otras evidencias a favor de la existencia del sonido /y/ en latín es que era una de las tres letras claudias, concretamente la llamada sonus medius(escrito como: ) se creó para representar un sonido intermedio entre [i] y [u], muy probablemente [y] (o tal vez [ɨ]) que aparecía estar detrás de ciertas vacilaciones como OPTUMUS / OPTIMUS 'óptimo', LACRUMA / LACRIMA 'lágrima'.


Consonantes


Las consonantes F, K, L, M, N, P, R, S se pronunciaban como en castellano. La B, D, G eran siempre oclusivas sonoras. La C se pronunciaba como [k] o [g] en latín arcaico, aunque en latín clásico se reservó sólo para [k]. El dígrafo QU correspondía en latín tardío a [kw] (en latín arcaico seguramente era unalabiovelar [kw]). La letra V representaba según el contexto la semiconsonante /w/ o las vocales /ŭ, ū/. En latín tardío V pasó a [β], reforzandose en [b] inicial en algunos dialectos occidentales y fricativizándose [v] en la mayor parte de la Romania. La x tenía el sonido [ks], como en éxito. La Z originalmente no formaba parte del alfabeto latino y aparecía solamente en algunos préstamos griegos y correspondía, al principio, al sonido [dz] como en la palabra italiana pizza, luego terminó fricativizándose en [z].
No se sabe con certeza la pronunciación exacta de la s latina. Teniendo en cuenta que era la única sibilante en el sistema consonántico latino, muchos lingüistas consideran que tenía un sonido intermedio entre [s] y [ʃ]. Esta podría corresponder con la realización apicoalveolar o predorsodental de /s/. Algunos han propuesto que en muchas lenguas con una única sibilante el alófono principal de /s/ es apicoalveolar, ya que no existe la necesidad de distinguirlo de otro fonema que sería la [ʃ]. Por eso se ha conjeturado que la /s/ de latín podría ser apicoalveolar (aunque existe lenguas con una sibilante donde la /s/ no es apicoalveolar, por ejemplo el español de América). Quizás este hecho sea el origen delrotacismo intervocálico latino en palabras como flos > flores (< *floses).
El inventario consonántico del latín arcaico, es reconstruible de la ortografía de la lengua y la comparación con otras lenguas indoeuropeas antiguas
 La existencia de un fonema /gʷ/ distintivo es más insegura ya que el latín arcaico no distinguía ortográfiamente entre C y G originalmente, y a diferencia de lo sucedido con /kʷ/ para el que existía un signo gráfico distinto QU no es seguro si el dígrafo GU correspondia a /gʷ/ o a /gw/.

martes, 13 de noviembre de 2012

Latín verbos:


A grandes rasgos hay dos temas dentro de la conjugación del verbo latino, infectum y perfectum: en el infectum están los tiempos que no indican un fin, una terminación, como el presente, el imperfecto y el futuro; son tiempos que no señalan el acto acabado, sino que, sea que está ocurriendo en el presente,ocurría con repetición en el pasado (sin indicar cuando acabó), o bien un acto futuro. En este tema del verbo la raíz no cambia, al contrario que con el perfectum, que tiene su propia terminación irregular (capere: pf. cepi — scribere: pf. scripsi — ferre pf. tuli — esse pf. fui — dicere pf. dixi).
El perfecto (del latín perfectum, de perficere 'terminar', 'completar') en cambio indica tiempos ya ocurridos, terminados, que son el pretérito, el pluscuamperfecto y el futuro perfecto.
Ambos cuentan con los siguientes modos gramaticales (a excepción del imperativo, que no existe en perfectum): el indicativo, que expresa la realidad, certeza, la verdad objetiva; el subjuntivo expresa irrealidad, subordinación, duda, hechos no constatados, a veces usado como optativo; el imperativo, que denota mandato, ruego, exhortación, y el infinitivo, una forma impersonal del verbo, usada como subordinado ante otro, o dando una idea en abstracto. Con seis personas en cada tiempo —primera, segunda y tercera, cada una en singular y plural— y dos voces —activa cuando el sujeto es el agente y pasiva cuando el sujeto padece una acción no ejecutada por él—, más los restos de una voz media, un verbo no deponente normalmente posee unas 130 desinencias.


Los verbos en latín usualmente se identifican por cinco diferentes temas de conjugaciones (los grupos de verbos con formas flexivas similares): el tema en -a larga (-ā-), el tema en -e larga (-ē-), tema en consonante, tema en -i larga (-ī-) y, por último, el tema en -i breve (-i-). Básicamente sólo hay un modo de la conjugación latina de los verbos, pero vienen influidos por cierta vocal que provoca algunos cambios en sus desinencias. Por ejemplo, en su terminación de futuro: mientras lo común era indicarlo mediante un tiempo proveniente del subjuntivo, en los verbos influidos por E oA larga, el futuro sonaría exactamente igual que el presente, por lo que tuvieron que cambiar sus desinencias.

martes, 6 de noviembre de 2012

Periodos de la lengua latina

La historia del latín comienza en el siglo VIII a. C. y llega, por lo menos, hasta la Edad Media; se pueden distinguir los siguientes periodos:
  • Clásico: en una época de profunda crisis económica, política y cultural, la élite cultural crea, a partir de las variedades del latín coloquial, un latín estándar (para la administración y escuelas) y un latín literario. Es la Edad de Oro de las letras latinas, cuyos autores más destacados son CicerónJulio CésarTito LivioVirgilioHoracioCatuloOvidio. Esto ocurrió aproximadamente en los siglos I a. C. y I d. C.
  • Posclásico: la lengua hablada se va alejando progresivamente de la lengua estándar, que la escuela trata de conservar, y de la lengua literaria. Esta distancia creciente hará que de las diversas maneras de hablar latín nazcan las lenguas románicas. Y la lengua escrita, que inevitablemente también se aleja, aunque menos, de la del periodo anterior, se transforma en el latín escolástico o curial.
  • Medieval: el latín como se conocía ya no es hablado, por ende, el latín literario se refugia en la Iglesia, en la Corte y en la escuela, convirtiéndose en el vehículo de comunicación universal de los intelectuales medievales. Mientras, el latín vulgar continuaba su evolución a ritmo acelerado. Ya que las lenguas romances fueron apareciendo poco a poco, unas antes que otras, y porque el latín seguía siendo utilizado como lingua franca y culta, no se puede dar una fecha en la que se dejó de utilizar como lengua materna.